Si bien se ha convertido en una palabra de moda en la última década, el concepto de habilidades de inteligencia emocional ha existido durante al menos 25 años. Los psicólogos Peter Salovey y John D. Mayer, dos de los principales investigadores del tema, definen la inteligencia emocional como la capacidad de reconocer y comprender las emociones en uno mismo y en los demás. Esta capacidad también implica el uso de esta comprensión emocional para tomar decisiones, resolver problemas y comunicarse con los demás.
A estas alturas probablemente ya has escuchado en varias ocasiones lo importante que es la inteligencia emocional en la vida tanto personal y profesional, ya que afecta, entre otras cosas:
El desempeño en el trabajo: La alta inteligencia emocional puede ayudar a navegar por las complejidades sociales del lugar de trabajo, liderar y motivar a otros y sobresalir profesionalmente.
La salud física: No controlar las emociones, probablemente implica también no controlar el estrés. Esto puede provocar problemas de salud graves. El estrés descontrolado aumenta la presión arterial, inhibe el sistema inmunológico, aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, etc.
La salud mental: Las emociones descontroladas y el estrés también pueden afectar la salud mental, haciendo a las personas vulnerables a la ansiedad y la depresión.
Las relaciones interpersonales: Comprender las emociones y cómo controlarlas, ayuda a expresar mejor cómo se siente uno mismo y entender cómo se sienten los demás. Esto permite comunicarse de manera más eficaz y forjar relaciones más sólidas, tanto en el trabajo como en la vida personal.
La inteligencia social: Estar en sintonía con las emociones tiene un propósito social, permite conectar con otras personas y el mundo que nos rodea. La inteligencia social permite reconocer al amigo del enemigo, medir el interés de otra persona en uno mismo, reducir el estrés, equilibrar el sistema nervioso a través de la comunicación social y sentir motivación y felicidad.
¿Cómo volverse más inteligente emocionalmente?
Las habilidades que componen la inteligencia emocional se pueden aprender en cualquier momento. Sin embargo, es importante recordar que existe una diferencia entre simplemente aprender sobre inteligencia emocional y aplicar ese conocimiento a la vida diaria. Es decir, el hecho de que sepas que debes hacer algo no significa que lo harás. especialmente cuando te sientes abrumado por el estrés, ya que esto puede anular tus mejores intenciones.
Para cambiar permanentemente el comportamiento de manera que resistas la presión, debes aprender cómo superar el estrés en el momento y en tus relaciones cotidianas, para permanecer emocionalmente consciente. Las habilidades clave para desarrollar tu inteligencia emocional y mejorar tu capacidad para manejar las emociones y conectarse con los demás son:
Autogestión
Conciencia de sí mismo (autoconciencia)
Conciencia social
Gestión de relaciones
Habilidad clave 1: Autogestión
Para que puedas activar tu inteligencia emocional, debes poder usar tus emociones para tomar decisiones constructivas sobre tu comportamiento. Cuando te estresas demasiado, puedes perder el control de tus emociones y la capacidad de actuar de manera reflexiva y apropiada. Las emociones son piezas importantes de información que te informan sobre ti mismo y los demás, pero ante el estrés que te saca de tu zona de confort, puedes sentirte abrumado y perder el control. Por eso la capacidad de manejar el estrés y permanecer presente emocionalmente, te ayuda a recibir información sin dejar que anule tus pensamientos y tu autocontrol. Podrás tomar decisiones que te permitan controlar los sentimientos y comportamientos impulsivos, manejar tus emociones de manera saludable, tomar la iniciativa, cumplir con los compromisos y adaptarte a las circunstancias cambiantes.
Habilidad clave 2: Autoconciencia
Controlar el estrés es solo el primer paso para desarrollar la inteligencia emocional. La ciencia del apego indica que tu experiencia emocional actual es probablemente un reflejo de tu experiencia en la vida temprana. Es decir, tu capacidad para manejar sentimientos básicos como la ira, la tristeza, el miedo y la alegría a menudo depende de la calidad y consistencia de tus experiencias emocionales tempranas. Por eso, ser capaz de conectarte con tus emociones (tener una conexión momento a momento con tu experiencia emocional cambiante) es la clave para comprender cómo la emoción influye en tus pensamientos y acciones. Cuestiones como las siguientes, te invitan a reflexionar sobre que tan consciente eres de tus emociones (si alguna de estas experiencias no te resulta familiar, es posible que hayas "rechazado" o "apagado" tus emociones):
¿Tus emociones van acompañadas de sensaciones físicas que experimentas en lugares como tu estómago, garganta o pecho?
¿Experimentas sentimientos y emociones individuales, como ira, tristeza, miedo y alegría, cada uno de los cuales es evidente en expresiones faciales sutiles?
¿Puede experimentar sentimientos intensos que sean lo suficientemente fuertes como para captar tanto su atención como la de los demás?
¿Prestas atención a tus emociones? ¿Influyen en su toma de decisiones?
Para desarrollar la inteligencia emocional y volverse emocionalmente saludable, debes conectarte con tus emociones centrales, aceptarlas y sentirte cómodo con ellas. Puedes lograr esto mediante la práctica de la atención plena.
Habilidad clave 3: Conciencia social
La conciencia social te permite reconocer e interpretar las señales principalmente no verbales que los demás están usando constantemente para comunicarse contigo. Estas señales te permiten saber cómo se sienten realmente los demás, cómo cambia su estado emocional de un momento a otro y qué es realmente importante para ellos. Cuando grupos de personas envían señales no verbales similares, puedes leer y comprender la dinámica de poder y las experiencias emocionales compartidas del grupo. En resumen, eres empático y socialmente cómodo. Para crear conciencia social, debes reconocer la importancia de la atención plena en el proceso social. Después de todo, no puedes captar señales sutiles no verbales cuando estás en su propia cabeza, pensando en otras cosas o simplemente distrayendo su teléfono. La conciencia social requiere tu presencia en el momento.
Habilidad clave 4: Gestión de relaciones
Trabajar bien con los demás es un proceso que comienza con la conciencia emocional y tu capacidad para reconocer y comprender lo que otras personas están experimentando. Una vez que la conciencia emocional está en juego, puedes desarrollar efectivamente habilidades sociales adicionales que harán que tus relaciones sean más efectivas, fructíferas y satisfactorias. Algunos tips para lograrlo son:
Sé consciente de la eficacia con la que utilizas la comunicación no verbal. Es imposible evitar enviar mensajes no verbales a otras personas sobre lo que piensas y sientes. Los numerosos músculos de la cara, especialmente los que rodean los ojos, la nariz, la boca y la frente, te ayudan a transmitir sin palabras tus propias emociones, así como a leer la intención emocional de otras personas. La parte emocional de su cerebro siempre está activa, e incluso si ignora sus mensajes, los demás no lo harán. Reconocer los mensajes no verbales que envías a los demás puede desempeñar un papel importante en la mejora de tus relaciones.
Utiliza el humor y el juego para aliviar el estrés. El humor, la risa y el juego son antídotos naturales contra el estrés. Disminuyen las cargas y ayudan a mantener las cosas en perspectiva. La risa equilibra tu sistema nervioso, reduce el estrés, te calma, agudiza tu mente y te hace más empático.
Aprende a ver el conflicto como una oportunidad para acercarte más a los demás. Los conflictos y los desacuerdos son inevitables en las relaciones humanas. Es imposible que dos personas tengan las mismas necesidades, opiniones y expectativas en todo momento. Sin embargo, eso no tiene por qué ser algo malo. Resolver los conflictos de manera sana y constructiva puede fortalecer la confianza entre las personas. Cuando el conflicto no se percibe como una amenaza o un castigo, fomenta la libertad, la creatividad y la seguridad en las relaciones.
La inteligencia emocional es ampliamente reconocida como una habilidad valiosa que ayuda a mejorar la comunicación, la gestión, la resolución de problemas y las relaciones en el lugar de trabajo. Según una encuesta de gerentes de contratación, casi el 75% de los encuestados afirmaron que valoraban la inteligencia emocional de un empleado más que su coeficiente intelectual.
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