Hace 20 años participé por primera vez en el programa de Liderazgo Estudiantil impulsado por mi universidad, el Programa Águilas del Tecnológico de Monterrey, en aquel entonces los conceptos que se compartían referentes a visión compartida, comunicación efectiva, colaboración y resolución de conflictos, en dinámicas lúdicas con amplias rondas de retroalimentación, no parecían ser tan relevantes como cuando empecé a ver la necesidad de esos conceptos en el ámbito organizacional en mi práctica de consultoría en BLGroup.
Este fin de semana pude reunirme con algunos de los participantes y facilitadores de dicho programa para revivir algunas hazañas y anécdotas de nuestras experiencia siendo formados en habilidades gerenciales en una temprana etapa de nuestro desarrollo profesional y pude ver con gusto el enorme impacto positivo que tiene un ejercicio formativo de esta naturaleza en jóvenes, que ocuparán puestos relevantes en cualquier empresa y que quiero resumir en 3 puntos a continuación:
1. Los líderes requieren una estructura formativa
Las organizaciones no deberían dejar que las siguientes generaciones de líderes se formaran de forma poco estructurada, pese a que compañías globales tienen ya programas muy bien diseñados de trainee’s, la mayoría de las empresas considera que contar con un becario es un proceso similar y en definitiva no lo es.
El primer jefe que tienes influencia lo que será tu estilo de liderazgo como si fuera un hierro candente que hará una marca permanente en el tiempo, tener la mala suerte de tener un mal primer jefe y ser adiestrado por el o ella en malas prácticas de gestión, es irresponsable y desde mi punto de vista uno de los momentos cruciales del desarrollo profesional.
En contraparte, tener la fortuna de tener un buen primer jefe que se hace responsable de tu desarrollo profesional y te forma en un proceso consciente para que fortalezcas tus habilidades, es sin duda un privilegio que no todos pueden disfrutar y que en definitiva será un componente de los resultados que das al interior de la organización.
2. El semestre perdido de la universidad se debe impartir en la empresa
Cuando pregunto a jóvenes universitarios cuales son las habilidades más importantes para tener éxito en la vida profesional las respuestas mas frecuentes son: liderazgo, comunicación, colaboración, determinación, creatividad, etc. No escucho el dominar un lenguaje de programación, ni saber calcular la aceleración de un objeto en caída libre. Todas las habilidades que mencionan son habilidades blandas a las que en BLGroup llamamos el semestre perdido de la universidad, y que conotados autores en la materia, como Stephen Covey en Los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva (Ed. F. Press, 1990) o Phillip Kotter en Leading Change (Harvard Business Press, 1988) mundo reconocen como habilidades fundamentales del quehacer empresarial.
Las universidades no estructuran el desarrollo académico alrededor de estos conceptos, hacer la evaluación financiera de un proyecto de inversión es tan relevante como poder comunicar de forma efectiva el resultado ante la junta de consejo sin generar conflicto, cualquiera de las dos habilidades impactará de forma determinante el resultado del proyecto. Hago una referencia a casos y casos de levantamiento de inversión tipo Shark Tank en los que una idea mal comunicada rápidamente se precipita y cae.
Aunque el trabajo en equipo es una constante en la universidad como técnica didáctica, los profesores pocas veces entienden la esencia de la colaboración como un mecanismo para desarrollar habilidades, se impulsa poco el proceso de construcción de visión común y estilos de personalidad al interior de los equipos de trabajo, que es tan relevante en las empresas. Los profesores dejan las tareas colaborativas como un mero ejercicio de división de trabajo con baja rendición de cuentas, desde mi perspectiva no solo es asignar la tarea, es acompañar a los alumnos para que desarrollen las habilidades necesarias e indispensables de colaboración, eso nunca se hace y si la universidad no lo hace, la empresa lo deberá hacer, en beneficio de sus propios resultados.
Una de las actividades más importantes del Programa de Liderazgo Águilas del Tecnológico de Monterrey en el que participé como instructor, era el asenso al cráter del volcán la Malinche en Tlaxcala, México. Casualmente la reunión de este fin de semana fue en ese lugar, y recordé como el proceso de lograr que un grupo de personas alcance la cima –Todos juntos y a tiempo- es una de las enseñanzas más importantes para cualquier líder en el ámbito empresarial.
Durante mi etapa como estudiante, tuve la oportunidad de ascender a la montaña con grupos de diferente naturaleza, estudiantes, equipos deportivos representativos, grupos directivos, asociaciones civiles, etc. Y pude notar cómo más allá de los conocimientos, el obstáculo más importante para alcanzar la cima en conjunto, era la carencia de todo un conjunto de habilidades blandas que el staff gerencial de las organizaciones tiene que aprender a desarrollar.
3. La rigidez del ego es el obstáculo a vencer
Esta semana estoy participando como facilitador de un programa de emprendimiento organizado por el Banco BBVA y el Tecnológico de Monterrey, -mi alma mater-, 50 jóvenes entre 15 y 22 años en 10 equipos están diseñando soluciones a problemas que aquejan a nuestra sociedad a través de un Sprint de Design Thinking de 9 días que los llevará a proponer a través de soluciones tecnológicas una solución viable.
En este ejercicio formativo puedo ver con claridad la semilla de comportamientos que impactarán de manera definitiva en el desarrollo de estos chicos años más tarde en cualquier empresa, ver comportamientos nocivos en etapa temprana y conocer los efectos de estos en la dinámica de empresa es un privilegio de mi trabajo, y puedo concluir que el común denominador en estos comportamientos negativos en esta etapa o en la mesa de consejo de una empresa transnacional es el mismo: el ego.
El ego hace que las posturas y los puntos de vista sean más rígidos y se defiendan a ultranza, hace que la falta de empatía en la que un conjunto de personas dejan de reconocer que no todos son iguales, y que por lo tanto no tienen que pensar de la misma manera para colaborar detone severos conflictos, el ego también aparece cuando el afán de ganar o la revancha es una agenda oculta en las conversaciones y cuando el que grita más fuerte es el que suele obtener más.
Finalmente…
Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de poner en mi lenguaje común conceptos como inteligencia emocional, visión compartida, estrategia o empatía en una temprana etapa profesional. Peter Senge hablaba en el libro La Quinta Disciplina (Ed. Gránica 1990) sobre como uno de los roles del líder es el líder como maestro, un verdadero líder es un formador de líderes, ese rol te corresponda quieras o no y de ti depende la clase de enseñanzas que tus seguidores tendrán y en consecuencia la clase de legado que en su mente dejarás.
La Leadership Academy de BLGroup es un programa formativo que reúne las mejores prácticas globales para desarrollar estas habilidades en tu equipo, con el objetivo de mejorar la forma en la que alcanzan los resultados al interior de la organización.
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